1.200 millones de hambrientos reclaman, a los Gobiernos del Mundo, el cumplimiento de los compromisos adquiridos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Somos la primera generación capaz de erradicar la pobreza y el hambre. Las generaciones futuras nos juzgarán por este genocidio silencioso y evitable.